domingo, 24 de agosto de 2014

AUTISMO: Una topología del espacio pulsional



Marcela Errecondo                           Texto presentado en el Congreso de la  AMP 2012


 

El orden simbólico ya no es mas lo que era dice el título de nuestro Congreso, ¿será esta una de las razones por las que el autismo ha aumentado tanto en los últimos años? Las estadísticas de las evaluaciones  con su incremento asustan, nos dicen que a este ritmo en 10 años, un niño cada 50 será  autista.  Cuando operamos en el autismo no podemos pensar en operar a partir de lo simbólico. En el trabajo que presentamos proponemos una operación sobre lo real a partir de una realización absolutamente por fuera del sentido pero ofreciendo un mínimo de semblante, se trata de un simbólico realizado. Que el niño esté en lo real no impide la acción de lo simbólico.

 

Gerardo tiene 12 años, ha perdido el uso de la palabra en los primeros años de su vida, sólo aparecen gritos estridentes en ciertos momentos de desesperación. Presenta el aspecto de un gato salvaje, en cuatro patas, manipulando en sus manos ciertas basuras, hilos, papeles que lleva a su boca de cuando en cuando. Rara vez está erguido, para desplazarse lo hace a ras del piso sin mirar a nadie. La institución anterior partidaria de las TCC, lo encerraba en una habitación oscura cuando tenía estas basuras y cuando las dejaba le daba un ‘bonobon’. Su vida se había puesto en peligro al querer agarrar un papel brilloso en medio de la calle. Ante el intento de sacarle las basuras grita, pega manotazos y patadas.   

 

Nosotros observamos que está agachado en lugares precisos de la casa, que hace  un circuito haciendo marcas con saliva utilizando una cinta de su fabricación en un  movimiento constante que va de la boca al piso para dejar así un rastro de saliva.

Esta tira está hecha siempre de la misma forma a partir de una bolsita de plástico que no le es indiferente al otro porque suscita su reacción.  Agreguemos que la bolsa sólo es utilizada si es vaciada por él mismo, no la utiliza si alguien le trae una bolsa vacía. La lógica fundamental de la operación es un trabajo de extracción, verdadera construcción topológica a partir de la  extracción de un centro y confección en espiral alrededor de ese centro de una cinta[1]. Esta tirita la sostiene entre sus manos con los brazos abiertos a los costados del cuerpo y la boca, es decir que queda atravesando su cuerpo casi constantemente, cuando no se dedica a dejar sus marcas.

 

Nuestra estrategia fue considerar la función de esta tirita en el trabajo, agregando que cuando quisiera una determinada bolsa tenía que pedirla (un forzamiento suave). El pedido era sancionado como tal por el otro, lo que implicaba variaciones: para algunos era una inclinación de cabeza, para otro era la mano extendida, para aquél era el momento en que le daba la llave de la alacena, etc. Tiempo después empezó a caminar en forma erguida, miraba a los ojos para efectuar su pedido y a veces producía movimientos con la boca que luego fueron acompañados de fonemas apenas perceptibles. Si “marcaba” un lugar o el cuerpo había efectos: en el baño podía orinar parado y apretar el botón, en la mesa no comía desaforadamente, en el taller podía dejar su tirita y buscarla al terminar, incluir la tirita en el juego con otros. En el taller escuela, cuando el adulto le pide que pase a escribir su nombre, él se levanta y traza una línea que tiene la misma disposición en el espacio que la tirita que sostiene. En otra ocasión se hace un dibujo de un nene y se dice que es Gerardo, él se levanta y le dibuja el trazo que atraviesa la figura humana, lo cual fue leído como la confirmación de su nombre: Gerardo no es sin la tirita.

 

El hecho de haber confiado en la operación que Gerardo llevaba adelante, le permitió ampliar su construcción y nos enseñó como a pesar de que no disponía de la palabra, presentaba una articulación de significantes reales que aparejó a su cuerpo para hacer existir un ‘casi-agujero’ con un ‘borde portátil’. Este montaje de ciertos circuitos mas la tirita, es utilizado como un órgano de más que viene a ocupar el lugar del órgano del lenguaje que convendría para arreglárselas con el acontecimiento de cuerpo, al principio un trabajo solitario que una vez que ha tenido efectos permite una ‘suerte de lazo social’, en realidad le permite deslizarse en una metonimia.

La posición del analista no tiene nada que ver con las TCC, firmeza y decisión al mismo tiempo que suavidad, docilidad e invención, se trata de un analizante decidido, o de un colectivo de  personas que se posicionan estratégicamente a partir del sujeto y no a partir de un ideal o de un protocolo, que instalan un campo propicio para la operación del sujeto. 
 




[1]El procedimiento requiere ciertos pasos: 1) en un lugar central recorta con sus uñas un rectángulo, que luego dividirá en dos pequeños rectángulos que quedarán unidos por una tira muy fina (2), en donde produce una pequeña torsión. Luego cada rectángulo es cortado con  las uñas en formas de idas y vueltas (3), quedando así ambos desplegados en una larguísima tirita (4).